Clasificación Fármacos antimicóticos.
Antifúngicos tópicos:
Los antifúngicos tópicos son aquellos que se aplican
directamente sobre la piel u otras áreas afectadas por la infección fúngica.
Algunos ejemplos de antifúngicos tópicos son:
1. Clotrimazol: Es efectivo contra una amplia variedad de
hongos y se utiliza para tratar infecciones por Candida, tiña y otras
infecciones fúngicas de la piel.
2. Miconazol: Se utiliza para el tratamiento de infecciones
por Candida y tiña, entre otras infecciones fúngicas superficiales.
3. Terbinafina: Es eficaz contra hongos dermatofitos y se
utiliza en el tratamiento de la tiña del cuerpo, tiña inguinal y otras
infecciones fúngicas cutáneas.
4. Ciclopirox: Se utiliza para el tratamiento de infecciones
fúngicas de las uñas (onicomicosis) y otras infecciones fúngicas superficiales.
Antifúngicos sistémicos:
Los antifúngicos sistémicos son aquellos que se administran
por vía oral o intravenosa para tratar infecciones fúngicas más graves o que
afectan a órganos internos. Algunos ejemplos de antifúngicos sistémicos son:
1. Fluconazol: Es efectivo contra una amplia variedad de
hongos y se utiliza para tratar infecciones sistémicas por Candida,
criptococosis y algunas infecciones fúngicas de las uñas.
2. Itraconazol: Se utiliza en el tratamiento de infecciones
fúngicas sistémicas, como la aspergilosis, la histoplasmosis y la candidiasis.
3. Anfotericina B: Es un antifúngico de amplio espectro
utilizado para infecciones fúngicas graves, como la candidemia, la aspergilosis
invasiva y la coccidioidomicosis.
4. Voriconazol: Es eficaz contra una variedad de hongos y se
utiliza en el tratamiento de infecciones fúngicas invasivas, incluyendo
aspergilosis y candidemia.
Comentarios
Publicar un comentario